Para poder entrar un poco más en contexto, hablaremos sobre el origen y la evolución que ha tenido la banca alrededor del mundo. La aparición de la moneda apareció en el mundo mucho antes del nacimiento de los bancos. Por ejemplo, en México apareció la actividad del trueque, en Egipto se estableció el cobro de impuestos y en Babilonia surgieron los primeros préstamos.
Origen de la Banca
El término de “Banco” nació en la Edad Media, en Italia, y era porque quienes prestaban semillar o dinero (prestamistas) se instalaban en mesas y bancas, en un lugar público. Sin embargo, fue hasta 1920, en Estado Unidos, quien creó el “First Bank of the United States”, que se encargaba de cumplir funciones propias de un Banco Central.
En lo que respecta a México, el origen oficial de la banca surge con la fundación de Banco de Avío Industrial en 1830. Sin embargo, fue hasta 1925 con el surgimiento de El Banco de México (Banxico), quien desarrolla funciones de único responsable y autorizado para producir billetes y monedas.
Se estima que en los próximos 10 años las fintech concentren hasta el 30% del mercado bancario en México.
Evolución de la Banca en México
Antes del siglo XX la actividad bancaria en México se realizó fundamentalmente sin bancos, es decir, a través de prácticas informales. Los medios de pago que predominaron durante esa época fueron el trueque, monedas metálicas nacionales y extranjeras, así como pagarés y vales con varios endosos. El crédito fue proporcionado por la Iglesia y por los comerciantes, quienes también se dedicaban a la especulación y al agiotismo.
La primera institución de crédito prendario, no banco, que se estableció en la entonces Nueva España fue en 1774 el Monte de Piedad, el cual sigue operando, fundado por Pedro Romero de Terreros.
El primer antecedente bancario que se reporta es la creación en 1784, durante el mandato de Carlos III, del novohispano Banco de Avío y Minas. La institución se creó para financiar a los mineros de recursos medios y escasos. Aunque existió hasta el siglo XIX sólo operó limitadamente durante dos años debido a las carencias de la Corona que existían.
Fue hasta el México independiente que el origen oficial de la banca inició. Dicho hecho está marcado por la la fundación en 1830 del Banco de Avío Industrial por parte de Lucas Alamán, autorizado por decreto del presidente Anastasio Bustamante. Sin embargo, en 1842 fue cerrado por Antonio López de Santa Anna, con el argumento de que la institución «ya no podía seguir cumpliendo con el objeto que se le había asignado».
El primer banco privado comercial del país fue el Banco de Londres y México, que inició operaciones el 1 de agosto de 1864 como sucursal del banco inglés The London Bank of Mexico and South America Ltd durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo. A esa institución se le reconoce el mérito de haber introducido a México los billetes de banco, además de realizar operaciones de compra y cambio de monedas, giros, cobranzas, descuentos mercantiles, depósitos a plazo fijo y a la vista, créditos a la industria y al comercio, préstamos sobre prenda y sobre consignación y, en un principio préstamos hipotecarios de los cuales se retiró debido a que la ley no garantizaba al acreedor.
La actividad bancaria funcionó en México con su propios usos y costumbres hasta el 20 de abril de 1884 cuando se decretó un nuevo Código de Comercio que incluyó por primera vez preceptos aplicables a los bancos. Aunque sólo estuvo vigente por cinco años existe el reconocimiento de que ese marco legal fijó las bases para el sistema bancario mexicano. De entrada, se decretó el requerimiento de autorización expresa del gobierno para el establecimiento de cualquier clase de bancos y que éstos debían constituirse como sociedades anónimas con un mínimo de cinco socios, ostentando cada uno propiedades de por lo menos el cinco por ciento del capital social.
Actualmente en el país operan más de 50 bancos, entre los cuales destacan BBVA, Citibanamex y Santander. En comparación con Estados Unidos, país en el que operan más de 8 mil bancos, es un número muy por debajo.
Primeros casos Fintech
- Cajero automático: la historia del cajero automático se remonta hasta 1939, cuando el inventor armenio-estadunidense, Luther George Simjian, patentó el prototipo de una máquina colocada en la pared que permitía realizar transacciones financieras. El Citybank de Nueva York apoyó el proyecto, sin embargo, luego de 6 meses dieron por terminado el intento del primer cajero ante la poca demanda. Sin duda alguna, resulto ser un proyecto muy adelantado a su tiempo. Dos décadas más adelante, el escocés John Shepherd-Barron fabricó el primer cajero automático en Europa. Y así es como, el 27 de junio del 1967, el instaló el primer cajero automático el cual fue comercializado por la firma británica De La Rue y estaba ubicado en una de las sucursales del Banco Barclays.
- Tarjetas de crédito (caso Diners Club): en 1949, Frank McNamara, un empresario neoyorkino olvidó su cartera y ese acontecimiento dio origen a la tarjeta de crédito. McNamara, que aquel entonces, era líder del Hamilton Credit Corporation, se reunió una noche con un par de amigos para platicar de negocios. Frank, quien había invitado la cena de todos aquella noche, tenía un problema, había olvidado su cartera en casa y no tenía como pagar. Para su fortuna, su esposa acudió a su auxilio. Aquel incidente que vivió McNamara lo orilló a materializar una gran idea que revolucionaría el mundo de las finanzas. La idea prácticamente sugería crear un sistema en el que las personas puedan pagar con crédito en cualquier establecimiento local, empezando por restaurantes. Es así como surgieron las primeras tarjetas de crédito llamadas Diners Club. Los primeros ejemplares fueron entregados en 1950 a 200 personas, el resto es historia.