A semanas de haber dado luz verde el Banco Central Europeo para poner en marcha el euro digital, la comisionada Maired McGuiness ha propuesto un límite de 10.000 euros en los pagos en efectivo. Esto para reducir su uso en un plazo estimado de tres años. Si bien, diversos estudios han demostrado que la implementación de pagos digitales implica una seria reducción en temas de lavado de dinero, delincuencia y acelera la inclusión financiera. No obstante, la funcionaria reconoció la importancia del dinero efectivo; sin embargo precisó la necesidad de implementar un sistema para asegurar de una manera que dicho dinero sea «limpio».
Es así que la poca adopción de los pagos digitales, no sólo es un problema en nuestro país. Según datos de un estudio llevado a cabo por Alber y Gómez (Inclusión Financiera y uso de efectivo en los países europeos), países como España, Grecia o Portugal realiza en su mayoría operaciones en efectivo. Por el otro lado, Dinamarca, Suecia, Francia y Estonia realizan menos del 10% de sus operaciones en efectivo. Como dato este último país se ha destacado por ser atractivo para la realización de ICO´s por la implementación de su nacionalidad digital. Por consiguiente, podemos notar una clara y contrastante diferencia entre países miembros de la Unión Europea.
Un punto a destacar, radica en que recientemente hubo una propuesta por el grupo parlamentario socialista en España. Dicha propuesta consistía en la eliminación gradual del dinero en efectivo, esto en orientación del sistema tributario ante la crisis provocada por el COVID-19.
Diversos estudios como el ya expuesto y comentado por Día Fintech de Roubini Thoughtlab, muestran numerosas ventajas macroeconómicas y microeconómicas. Entre estas podemos destacar las siguientes:
- Dificulta la financiación de actividades ilegales. Los estudios realizados sugieren que la mayor parte del volumen de dinero en efectivo se emplea para defraudar al fisco y financiar actividades ilegales. El anonimato del efectivo facilita enormemente las actividades delictivas como la evasión de impuestos, el crimen organizado, el terrorismo o la corrupción. No es de extrañar que al extinto billete de 500 euros se le conociera popularmente como un “bin Laden”.
- Disminuye los costes. A diferencia del efectivo, el dinero digital no necesita ser impreso, ser transportado físicamente o ser repuesto por cambios en su diseño o estropicio. También reduce algunos costes relacionados con la seguridad. En un mundo sin efectivo no se necesitan camiones blindados, cajas fuertes, equipos físicos y humanos de seguridad en los bancos o unidades de detección contra la falsificación física, aunque sí digital.El dinero digital también reduce los costes de transacción al poder transferirse velozmente, favorecer el uso de contratos inteligentes, etc. Por otra parte, también puede ayudar a mejorar la estabilidad financiera al limitar los pánicos bancarios.
- Incrementa la inclusión financiera. Nos referimos al acceso de la población a servicios bancarios y financieros. La evidencia a este respecto apunta a que una mayor inclusión financiera se asocia significativamente a un mayor desarrollo económico y a la reducción de la pobreza.
- Reduce el contagio de virus y enfermedades infecciosas. Las monedas y billetes pasan por muchas manos. Aunque no hay todavía evidencias con respecto a la COVID-19, un estudio realizado en 2003 con una cepa del SARS, demostró que los coronavirus de este tipo permanecían hasta 72 horas en hojas de papel con características similares a un billete.
Sin embargo, la supresión gradual del efectivo conlleva de igual manera ciertos retos; entre los cuáles podemos en gran parte radican en dejar toda la responsabilidad a los suministros de los proveedores de pago. Esto si llega a pasar una falla o problema de ciberseguridad.
Otro punto peligroso radica en dejar una apertura al sistema financiero para hacerse de un monopolio; esto mediante la implementación de comisiones sin posibilidad de eludir al realizar transacciones. Y el último pero no menos importante sería excluir financieramente a los individuos que permanezcan al margen del sistema financiero.
Finalmente podemos concluir que la historia nos ha demostrado que todo cambia. Si bien, diversos objetos han sido adoptados como dinero: conchas, piedras de Rai, cuencas de vidrio Oggi… es así que muy probablemente el efectivo también tiene los días contados.