Al cierre del sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la economía mexicana enfrenta un panorama preocupante. El crecimiento económico ha sido bajo, la inflación ha aumentado de manera significativa y la deuda pública ha alcanzado niveles elevados. Estos factores, sumados a una desaceleración en la creación de empleos formales y un incremento en el empleo informal, dibujan un escenario complicado para el inicio del próximo gobierno, encabezado por Claudia Sheinbaum. En este artículo, analizaremos detalladamente estos aspectos, para entender cómo ha evolucionado la economía mexicana en los últimos seis años y cuáles son los retos que enfrenta a futuro.
Desarrollo
Crecimiento Económico Débil
El Producto Interno Bruto (PIB) es una de las medidas más importantes para evaluar el crecimiento de una economía. Durante el sexenio de AMLO, el PIB ha crecido a un ritmo promedio de 1.02% entre 2019 y 2024, lo cual es significativamente menor al crecimiento promedio de 2.2% registrado durante la administración anterior, encabezada por Enrique Peña Nieto. Este bajo crecimiento refleja un menor dinamismo en la economía mexicana, que ha sido afectada por diversos factores, incluyendo políticas económicas internas y un entorno global complicado.
El bajo crecimiento del PIB tiene repercusiones directas en el bienestar de la población, ya que se traduce en una menor creación de empleos y en oportunidades limitadas para mejorar los ingresos de los trabajadores. Además, un crecimiento económico débil puede generar incertidumbre entre los inversionistas, lo que a su vez puede limitar la llegada de nuevas inversiones al país.
Inflación en Aumento
Uno de los aspectos más preocupantes del sexenio de AMLO ha sido el aumento sostenido de la inflación. Desde el inicio de su gobierno, la inflación acumulada ha alcanzado un 30.65%, un nivel considerablemente alto en comparación con el sexenio anterior, cuando fue de 26.98%. La inflación afecta directamente el poder adquisitivo de los ciudadanos, especialmente de aquellos con menores ingresos, ya que los precios de los bienes y servicios aumentan, haciendo que el dinero rinda menos.
En particular, los alimentos han experimentado un incremento significativo de precios. Durante el sexenio de López Obrador, los alimentos han subido un 49%, es decir, 1.5 veces más que en el sexenio anterior. Este aumento en los precios de los alimentos impacta de manera más fuerte a las familias de bajos recursos, quienes destinan una mayor parte de su ingreso a la compra de productos básicos. La alta inflación, combinada con un crecimiento económico débil, crea un ambiente de incertidumbre y afecta negativamente la calidad de vida de la población.
Desempleo y Empleo Informal
Aunque la tasa de desempleo ha mostrado una disminución, pasando de un 3.3% en noviembre de 2018 a un 2.6% en abril de 2024, la creación de empleos formales se ha desacelerado significativamente. Durante los últimos seis años, los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aumentaron un 11%, comparado con un 25% en el sexenio anterior. Esto indica que, aunque hay menos personas desempleadas, la calidad de los empleos generados es inferior en comparación con la administración pasada.
Otro aspecto preocupante es el aumento del empleo informal, que subió medio punto porcentual durante el sexenio de AMLO, alcanzando un 27.9% de la población en edad de trabajar. Esto significa que 18 millones de personas están empleadas en condiciones precarias, sin acceso a seguridad social ni prestaciones laborales. El incremento del empleo informal es un reflejo de la debilidad en la economía formal y contribuye a perpetuar la desigualdad en el país, ya que estos trabajadores no cuentan con los mismos beneficios que los empleados formales.
Aumento en la Deuda Pública
Durante el sexenio de AMLO, la deuda pública ha experimentado un aumento considerable. Los requerimientos financieros del gobierno han promediado un 4.1% del PIB, casi el doble de lo que se destinó entre los años 2000 y 2018. Este incremento en la deuda pública es preocupante, ya que implica que el gobierno ha tenido que financiar su gasto con mayores niveles de endeudamiento, lo cual puede comprometer la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
En 2024, se requiere el equivalente al 6% del PIB para cumplir con las necesidades de financiamiento público, mientras que la deuda pública ha alcanzado un monto equivalente al 49% del PIB, lo que representa un aumento de aproximadamente cinco puntos porcentuales en comparación con el cierre de 2018. Para reducir estos niveles de endeudamiento y evitar una crisis, la Secretaría de Hacienda ha propuesto disminuir el gasto público de 26.9% del PIB en 2024 a 24% en el primer año del próximo gobierno y mantenerlo en niveles de 23% para el resto del sexenio de Sheinbaum.
Sin embargo, reducir el gasto público conlleva riesgos significativos, especialmente en áreas clave como la educación, la salud y la infraestructura. El recorte en estos rubros podría comprometer el desarrollo del país y afectar negativamente a la población, especialmente a aquellos que dependen de los servicios públicos.
Perspectivas para el Futuro
El panorama para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum no es alentador. Los analistas pronostican un crecimiento económico de apenas 1%, lo que indica una desaceleración aún más pronunciada en la economía mexicana. Los desafíos que enfrentará el próximo gobierno son enormes y requerirán de políticas económicas efectivas y sostenibles para revertir la tendencia actual y fomentar un crecimiento inclusivo que beneficie a todos los mexicanos.
El sexenio de AMLO ha dejado un legado económico marcado por un crecimiento débil, alta inflación, un aumento en el empleo informal y un incremento en la deuda pública. Estos factores han creado un panorama complicado para el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum, que deberá enfrentar estos desafíos con políticas económicas sólidas y un enfoque en la sostenibilidad fiscal. El futuro de la economía mexicana dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos años, y será crucial abordar los problemas estructurales que han limitado el crecimiento y aumentado la desigualdad en el país. Solo a través de un enfoque integral y un compromiso con el desarrollo inclusivo, se podrá revertir la tendencia actual y construir una economía más fuerte y equitativa para todos los mexicanos.
