A medida que la inflación continúa aumentando, también lo hace la probabilidad de una recesión, según varios pronósticos económicos recientes. Eso significa que pronto habrá más despidos, menos empleos y tasas de interés más altas en el horizonte.
La probabilidad media de una recesión en los próximos 12 meses es del 47,5 %, frente al 30 % de junio, según una encuesta de economistas de Bloomberg completada la semana pasada.
Las recesiones son declaradas oficialmente por la Oficina Nacional de Investigación Económica, que las define como «una disminución significativa en la actividad económica que se extiende por toda la economía y que dura más de unos pocos meses».
Una gran razón por la que una recesión parece inminente es la inflación, que muestra pocas señales de desaceleración. El informe del índice de precios al consumidor (IPC) de la semana pasada reveló que la inflación interanual alcanzó el 9,1 %, la tasa más alta desde 1981.
¿Sabías qué…?
En México, a inicios de mayo, el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador anunició la implementación del Pacic (Paquete Contra la Inflación y la Carestía) como una primera respuesta a encarecimiento de los precios.
Este programa se trata de dar precios de garantía en 24 genéricos de la canasta básica mexicana, a través de incrementos en la producción nacional agropecuaria, eliminación de aranceles a la importación de insumos y reducción de costos y tiempos de transporte.
Los bancos, incluidos Citigroup, Deloitte y PNC Financial Services, predijeron previamente una desaceleración en 2023, pero los pronósticos recientes dicen que podría ocurrir una recesión en 2022 o antes de lo esperado en 2023.
La semana pasada, Bank of America siguió un pronóstico anterior del banco de inversión japonés Nomura, prediciendo una recesión «suave» en los meses restantes de 2022. La perspectiva es una revisión de los pronósticos anteriores que solo predijeron una desaceleración del crecimiento económico.
De manera similar, Wells Fargo ha cambiado su perspectiva de un «aterrizaje suave» económico a una «recesión leve» en el primer trimestre de 2023.
Un factor clave en esa perspectiva revisada son los datos de inflación de mayo y junio de varias fuentes, incluido el informe mensual del IPC, dice Jay Bryson, economista jefe de Wells Fargo. Él llama a las cifras del IPC de junio «feas», y agrega que la inflación «se está volviendo más arraigada y más generalizada».
Para los consumidores, “está erosionando el ingreso disponible real”.
De hecho, la disminución del gasto de los consumidores es otra señal de una recesión inminente. El pronóstico de Wells Fargo predice que para septiembre habrá «disminuciones absolutas» en el gasto de los consumidores a medida que más personas recurran a sus ahorros para cubrir los crecientes costos de bienes y servicios.
“Los consumidores han mantenido la línea bastante bien en términos de gasto”, dice Bryson. “Pero han reducido sus tasas de ahorro y han aumentado la deuda de las tarjetas de crédito. Esas cosas no son sostenibles a largo plazo”.
Con la inflación persistente vienen los aumentos de las tasas de interés, que la Reserva Federal seguramente hará cuando se reúna a fin de mes. La única pregunta es si será un aumento de la tasa de interés del 0,75%, que es lo que espera la mayoría de los pronósticos, o un aumento de la tasa de interés del 1%, que el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, dice que está «en juego».
Las subidas de tipos pueden reducir la inflación al hacer que sea más caro para las empresas y los consumidores pedir dinero prestado. Pero esto también desalienta la demanda de bienes y servicios, lo que puede frenar el crecimiento económico.
Para los consumidores, las tasas de interés más altas significan costos adicionales en deudas con tasas ajustables, como préstamos y tarjetas de crédito, costos de financiamiento de automóviles más altos y costos hipotecarios potencialmente más altos. Un aumento del 1% haría que estos aumentos fueran aún más marcados que un aumento menor.
