El gigante tecnológico Uber y las aplicaciones de entrega DiDi y Rappi han propuesto ofrecer beneficios de seguridad social a los trabajadores en México por primera vez antes de un nuevo proyecto de ley del gobierno que regulará la economía de los trabajos temporales.
Las empresas dijeron en un comunicado el miércoles, firmado conjuntamente por grupos activistas por los derechos de los trabajadores, que estaban abiertas a cubrir a los conductores y mensajeros que trabajan un promedio de más de 40 horas a la semana en una o más plataformas.
Sin embargo, no llegaron a aceptar clasificar a los conductores como empleados y se dieron pocos detalles sobre cómo se dividirían los pagos de los costos de la seguridad social.
La ministra de Trabajo de México, Luisa Alcalde, dijo que los funcionarios están trabajando en un proyecto de ley que incorporaría a los trabajadores temporales a la «economía formal», aunque el cronograma aún no está claro.
Tampoco está claro si el proyecto de ley buscará convertir a los conductores en empleados o propondrá otras reformas en línea con la declaración de las aplicaciones.
Las aplicaciones de entrega y viajes compartidos en todo el mundo se han opuesto a las llamadas para clasificar a los trabajadores como empleados en lugar de contratistas independientes, diciendo que el cambio obstaculizaría sus modelos comerciales y negaría la flexibilidad de los conductores.
La declaración de Uber, la firma de movilidad china DiDi Global Inc y la aplicación de entrega latinoamericana Rappi también sugirieron establecer mecanismos para garantizar un pago justo de acuerdo con el tiempo trabajado, pero no describió los detalles.
«Es hora de dar el siguiente paso y encontrar un punto de consenso… y empezar a mejorar las condiciones», dijo en una entrevista Tonatiuh Anzures, director de asuntos gubernamentales de Didi en México.
Cualquier cambio dependerá de futuras conversaciones y del respaldo del gobierno, agregó Anzures.
Nicolás Sánchez, jefe de políticas públicas de Uber en México, dijo que esperaba que los costos adicionales fueran bajos, pero Uber estaba «abierto a ellos» si se permitía que la industria, que abarca a unas 500.000 personas, mantuviera la flexibilidad.
El Ministerio del Trabajo no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Alcanzar un amplio consenso puede ser difícil. Unas pocas docenas de trabajadores tocaron la bocina en motocicletas frente al edificio de la Ciudad de México donde las empresas tenían previsto realizar conferencias de prensa el miércoles, en lo que Sergio Guerrero, jefe del Sindicato Nacional de Trabajadores de Aplicaciones, denominó una protesta contra la postura de las empresas.
“Para tener derechos laborales hay que ser reconocido como trabajador”, dijo.