El ajolote juega un papel importante en el estilo de vida y supervivencia de México. Antes de que estuvieran en peligro de extinción, eran una valiosa fuente de alimento para la gente de México. Lamentablemente, debido al hambre de la gente por la salamandra frita y otros pescados, ha contribuido enormemente a la pérdida de números en la naturaleza.
La iniciativa Adopt a water monster incluye una colección de NFT que busca sensibilizar sobre los riesgos para la especie. Dos jóvenes mexicanos lanzaron una iniciativa que busca sensibilizar sobre el riesgo de extinción del ajolote, con una colección de NFT.
Arturo Mansilla y Susana Haddad son los creadores de la iniciativa Adopt a water monster, cuyo nombre hace referencia al término en náhuatl axolotl, que significa monstruo de agua.
Uno de los propósitos del proyecto, cuentan los desarrolladores, es darle un enfoque sostenible al universo digital por medio de diferentes objetivos.
“Después nos gustaría apoyar a otros animales en la región como la vaquita marina y los jaguares, Creemos que el proyecto puede ayudar a este tipo de especies y le dan una nueva perspectiva a los NFT» declaro Arturo Mansilla.
La colección Adopt a water monster incluye 100 NFT desarrollados por el artista mexicano Juan Fernando Bravo Rojas, quien fue el ganador del Rookie Awards 2019, un certamen que reconoce a diseñadores y animadores virtuales a nivel global. Para crear estos monstruos, el artista trató de capturar en cada uno de ellos detalles únicos de textura, colores, iluminación y demás elementos visuales.
“El proyecto busca compartir los factores que hacen tan importante la conservación del ajolote, tales como su capacidad de regeneración, su potencial en la investigación del combate contra el cáncer, su habilidad para mantenerse joven y muchas otras”, explicó Mansilla.
Los NFT son certificados de autenticidad de algún objetivo físico o virtual, ya sea una canción, pintura, personajes de videojuegos como Astroboy o tuits, como el que se puso a la venta en 2021, valorado en poco más de 67 millones de pesos.
Estos activos pueden ser comercializados a través de plataformas de compraventa de criptomonedas, pues en su mayoría son adquiridos mediante el Bitcoin, Ethereum, entre otras.
