Los tokens no fungibles o NFT se venden con la promesa de «propiedad», pero una nueva revisión sugiere que muchos creadores y compradores aún no tienen idea de lo que eso significa. Una revisión de la empresa de inversión en blockchain Galaxy Digital encuentra que solo uno de los 25 proyectos NFT más valiosos incluso intenta otorgar a los compradores derechos de propiedad intelectual directos sobre el arte subyacente, y muchos ofrecen licencias confusas o nebulosas a pesar de los esfuerzos recientes para limpiar el espacio.
El informe Galaxy analiza los términos de los principales proyectos de NFT, incluido el proyecto de Yuga Labs Bored Ape Yacht Club (BAYC), VeeFriends de Gary Vaynerchuk y World of Women, así como las plataformas sociales del «metaverso» Decentraland y Sandbox. Concluye que «la gran mayoría de los NFT transmiten propiedad intelectual cero de su contenido subyacente», y muchos de sus operadores (incluido Yuga Labs) «parecen haber engañado a los compradores de NFT» sobre el alcance de sus derechos. Algunos proyectos han tratado de evitar la confusión mediante la adopción de la licencia Creative Commons ampliamente conocida, pero en el proceso, algunos han desvinculado de manera efectiva los derechos de propiedad intelectual de la NFT, lo que hace que sea «imposible» para los titulares de la NFT defender los derechos exclusivos del arte.
Esto se hace eco de las conclusiones de una revisión de la Universidad de Cornell y la Iniciativa para Criptomonedas y Contratos, adaptada por The Verge a principios de este año. Y ambas revisiones llaman a BAYC, una de las series NFT más grandes e influyentes, por ser particularmente incoherente. Los términos de BAYC prometen que los compradores «poseen» el arte subyacente de su ficha «completamente», pero también otorgan una licencia que contradice directamente esta afirmación. (En resumen, si realmente fuera dueño del arte, no necesitaría una licencia para usarlo). Galaxy es muy escéptico ante la afirmación de que los principales artistas como Seth Green realmente confían en los términos de servicio de NFT. “Es difícil imaginar que Seth Green y su estudio de producción no negociaron un acuerdo por separado con Yuga”, concluye razonablemente.
Dicho esto, Yuga Labs introdujo recientemente unos términos de servicio muy revisados para sus series CryptoPunks y Meebits, que describen cómo sería una versión más profesionalizada de las licencias NFT. Galaxy también destaca el «esfuerzo noble» World of Women (WoW), el único proyecto en su encuesta que intenta transferir formalmente la propiedad de los derechos de autor del arte con sus NFT. Pero dice que WoW todavía no aclara cómo vender el NFT transfiere los derechos a cualquier trabajo derivado basado en ese derecho de autor.
Cuando los derechos de propiedad intelectual permanecen con los creadores originales de la NFT, pueden cambiar unilateralmente los términos en formas que algunos compradores de NFT podrían odiar. Esto sucedió recientemente con el proyecto Moonbirds, que anunció un cambio a la licencia Creative Commons CC0 (o «sin derechos de autor reservados») después de decirles a los compradores durante meses que eran «dueños» de su arte Moonbirds. CC0 significa efectivamente que cualquiera, no solo el titular de NFT, puede usar el arte, algo que supuestamente hundió al menos un acuerdo de licencia pendiente del propietario de Moonbirds con una marca.
El informe de Galaxy se centra en el objetivo de mejorar las licencias NFT. Esto podría ser útil para los aficionados a las NFT que quieran licenciar sus compras o hacer fan art de ellas. Pero el estado actual del juego no indica que sean una excelente manera de administrar los derechos de propiedad intelectual, al menos no sin mucho más trabajo.
