Roubini Thoughtlab muestra panorama sin efectivo

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Las últimas semanas han sido una prueba irrefutable de que esta “visión futurista” y “muy lejana” está más cerca de lo que creemos. Si bien, los últimos meses han sido muy significativos para el ecosistema Fintech. Unos claros ejemplos serían Bitso, GBM y Clip convirtiéndose en startups “unicornios». Por otro lado se encuentra la creación oficial de la primera criptomoneda emitida por un Banco Central (China), la Ley Fintech y la infravalorada y desapercibida herramienta de BANXICO; el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) desarrollada por Raymundo Peralta.

Dicho esto podemos llegar a la entusiasta y factible conclusión que nuestro país tiene el potencial de contar con dos “cashless cities” (CDMX,MTY) en los próximos años. No obstante, pensar de golpe en este cambio suele dar miedo o una percepción negativa al desconocer de la situación y datos que orillan a México y al mundo a sucumbir en esta modalidad. Es así que procederé a aterrizar los efectos de la madurez de los pagos digitales en las principales ciudades del mundo, al igual de la necesidad de incentivar la neutralidad tecnológica en el mundo financiero.

Primero que nada, tenemos adentrarnos a la situación actual de México. Hay que aceptar que pensar en un México sin efectivo suena bastante descabellado; pagar propinas, los tacos de la esquina o ir a un mercado sin billetes no es opción. Y es que la modalidad del efectivo aparte de enfrentarse a una era digital, se está enfrentado a una inminente y alarmante centralización poblacional. Con esto me refiero a que hoy en día, alrededor del 55% (2.4 billones)de la población mundial vive en ciudades y que a este paso esta tendencia sólo continuará. Se estima que en 2050, 7 de cada 10 personas vivan en ciudades (datos del Banco Mundial). Es así que aterrizando esta tendencia en nuestro país, según datos del INEGI; el 78% de los mexicanos se encuentra viviendo en zonas urbanas y de ese número de personas, sólo el 37% cuenta con servicios financieros.

Dicho esto, me di el tiempo de leer un estudio realizado por la empresa de investigación Roubini Thouhtlab en conjunto con Visa acerca de los efectos de la maduración digital en 100 de las principales ciudades del mundo (entre las cuales se encontraban cdmx y mty).

Comienzo esta reflexión con el caso más común en nuestro país, un puesto de tacos. Todos los días y en todos lugares vemos changarritos vendiendo diversos tipos de platillos y algo en común que tienen estos, son el uso exclusivo de efectivo; sin embargo lejos de ser algo provechoso, esta modalidad conlleva más problemas de los que podemos imaginar. Partiendo de esta idea, comienzo con el tiempo empleado para acceder al efectivo. Se estima que los consumidores emplean más de 32 horas anuales realizando operaciones bancarias con tal de disponer efectivo; encima de ello los consumidores no bancarizados gastan alrededor de 7 a 15 dlrs mensuales en actividades relacionadas con retirar efectivo (cobro de cheques, etc).

Esto no sólo cuesta tiempo a los consumidores, sino expone su seguridad en su intentos de circular financieramente hablando. Supongamos que este taquero, encima de haber preparado su fondo de caja (cambio) para su puestito, haber pasado una jornada de 10 horas vendiendo sus tacos y al final debe regresar a su hogar en transporte público. No es ningún secreto que el tránsito del efectivo incita en la delincuencia (robos y asaltos), por lo que uno de los principales beneficios a los consumidores sería una significativa reducción a la delincuencia. Es así que de acuerdo a este estudio:

En todas las 100 ciudades, nuestro cálculo es que los consumidores actualmente pierden en torno a 5.800 millones de dólares estadounidenses por año debido a delitos relacionados con el efectivo, un promedio de unos USD$ 8,40 per cápita.

Con todo y que nuestro país esté centrado en efectivo, las principales ciudades (MTY/CDMX) podrían experimentar beneficios para el consumidor medio por más de 71 mdd por ciudad, con la ganancia del día en sus bolsillos. Al igual, un factor determinante es que desafortunadamente, las personas de escasos recursos son considerablemente más propensos a sufrir este tipo de problemas.

Otro punto importante radicaría en las mayores ventas para las empresas. De acuerdo con un estudio de investigación realizado por Mobile Payment Market, se estima que para 2026 los pagos móviles alcanzarán los 5,4 billones de dólares a nivel mundial. Esto sería un aumento considerable a la captación de clientes para todo tipo de negocio o empresa. ¿Cuántas veces nos hemos visto impedidos de consumir en un lugar por no tener suficiente efectivo? Esto en gran parte limita a los consumidores potenciales de diversos giros, de igual manera, ahorraría costos transaccionales e incrementaría de manera significativa las ganancias de pequeñas y medianas empresas. No hay duda que el covid-19 hizo madurar en pagos digitales a nuestro país, pues según datos del INEGI, las MiPyMEs que diversificaron sus negocios a través de la innovación digital, han aumentado sus ingresos hasta un 20 y 30% (Clip y Billpocket son excelentes opciones para recibir tarjetas.)

Dicho esto, el Régimen de Incorporación Digital darían considerables beneficios y cambios en consumidores y empresas. Desde tiempo, comodidad, seguridad y acceso a créditos. Esas mejoras, por mencionar algunas serían:

A. Menos asaltos=elevación de ingreso familiar.

B. Incorporación y bancarización de comercios chicos= generación de mayor gasto= aumento de recaudación.

C.Registro formal de ventas= acceso a mejores créditos.

D. Posibilidad de ahora corriente y retiro.

Ahora bien, dada ya una breve y general visión acerca de los efectos de la adopción de pagos digitales en los consumidores y empresas, es momento de hablar de gobiernos. Estos de igual manera se beneficiarían directamente, al grado de en promedio poder ahorrarse por año cerca de 710 mdd en costos administrativos y 53 mdd con la reducción de la delincuencia. De igual manera, otro punto importante sería el aumento de recaudación por mayor consumo interno y recaudación a los “evasores naturales” como doctores, abogados, etc.

Para tema de la reducción de costos administrativos será inevitable emplear elevados costos en la implantación de infraestructura, actualización de sistemas de tecnología de la información y claro la debida capacitación de funcionarios de gobiernos. Con todo y eso, los beneficios netos de implementar pagos digitales superan los costos. Todo esto debido a que a través de esta neutralidad tecnológica se implementen y mejoren la transparencia, controles financiaros y herramientas para minimizar fraudes. Asimismo esta funcionalidad de pagos digitales podrá suponer un considerable ahorro de costos provenientes de diversas fuentes como: tiempos de desplazamiento considerablemente inferiores, costos reducidos de errores contables y conciliación, menores riesgos de robos e infiltración.

Un último punto a mencionar es que los pagos digitales tienen el potencial de reducir los costos con los sistemas de tránsito y peaje por gobiernos municipales, pues esta investigación demostró que en promedio las agencias de tránsito gastan una media de 14,5 centavos por cada dólar físico recaudado frente a solo 4,2 centavos de dólar digital. En cuanto a las carreteras de peaje, se demostró que el costo se reduce aproximadamente a la mitad para procesar pagos digitales en comparación con el dinero físico. Claro que los resultados son variados en las 100 ciudades; sin embargo, los ahorros potenciales son muy significativos en todos los casos. Esto compaginado con una considerable disminución a la delincuencia, es una manera eficaz de reducir costos públicos y por supuesto proteger la cartera e integridad de los ciudadanos. Como dato, sólo en Estados Unidos se calcula que el costo de la justicia penal por robo y otros delitos relacionados con el efectivo son de 7,750 dólares por delincuente.

Ya nos dimos una idea de los efectos de la madurez de pagos digitales, desde reducción de la delincuencia, reducción de costos administrativos y por supuesto el considerable aumento del ingreso tributario para gobiernos. Todo esto a través de una neutralidad tecnológica que tanto a ciudadanos como funcionarios públicos, les será más difícil delinquir. Es así que este conjunto de efectos y resultados van dando consecuencias bastantes favorables. Habiendo una mayor productividad y mejor uso de presupuesto público consecuentemente habrá una mayor productividad en actividad empresarial, aumento de empleo y por ende una considerable disminución a la delincuencia. Un estudio de McKinsey & Company revela que estos aumentos de productividad e inversión podrían impulsar el crecimiento del PIB en una media del 6% para el 2025, en la cual destacan que 2/3 procedería de esta productividad y el otro tercio de la inversión generada por una inclusión financiera más amplia. Es así que para 2032 de estima una media de 45,000 empleos adicionales en las 100 ciudades, fluctuando entre un promedio de 13,000 empleos en ciudades líderes digitales y casi 91,000 empleos adicionales en ciudades centradas en el efectivo.

Sin más, hoy por hoy todavía queda mucho que recorrer para ir avanzando en la adopción de pagos digitales en el país. Aún así, el panorama es alentador a mi parecer. Este 2020, el sector Fintech en nuestro país creció un 14%; estamos hablando que a día de hoy contamos con 441 startups Fintech en México. Esto nos posiciona como el segundo país latinoamericano con mayor emprendimiento en este sector y contamos con una muy nutrida diversificación de segmentos Fintech:

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